martes, 8 de julio de 2014

Julia o Julieta

No recuerdan su nombre porque al final eso no es lo que importa.

Levantó la mano para hacer una pregunta pero nadie la vio porque siempre se sentaba hasta atrás. Julia o Julieta si tuvo las fuerzas para herir con sus pensamientos, a veces accionaba mal pero acababa por pedirse perdón en su diario.

Quizo besarse en sus recuerdos pero se difuminaron cuando abrió de más los labios, se difuminó su pasado. "Every winter was a war". Temía escribir con faltas de ortografía en su diario porque no quería juzgarse tampoco, peor nunca claro, jamás dejó de juzgar a los demás. Por eso nadie quería recordar su nombre.

Dejó de enfocar, su entorno era un fuera de foco constante, opto por tocar las cosas para encontrarles sentido por eso se tocaba tanto, por eso se lamía las manos y se rasguñaba los muslos o a veces sólo veía el monitor y escuchaba los gemidos que venían de las bocinas. Pero Julia o Julieta se quemó las manos un día, se las quemó cuando quizo tocar de más, cuando anheló conocer más. Pobre Julia, pobre Julieta, tan ingenua.

Alzando la voz se crea el bullicio de sus penas amarradas con listones de colores chillantes. Qué asco era mirarla, tan bonita y tan triste. Citando a su único asesino "Tan bonita y tan triste". Citando a su mamá "Tan bonita y tan triste". Citando a Julia "Tan triste". Citando a Julieta "Tan bonita".

Para la conjuntivitis: Aplicar un cataplasma tibio de manzanas cocidas, papas crudas o pepinos rallados envueltos en tela.

Pobrecilla, echándose la ensalada en la cara, qué ridícula es. Julia. Julietita siempre jugando a estar contenta, siempre con la sonrisa atada a los ganchos de su tristeza, sus ojitos brillantes siempre enfermos de ver tantas cosas, sus labios tan lastimados de besar penas ajenas. "También puedes aplicar compresas calientes de bolsitas húmedas de té de manzanilla".

No, no la conozco, porque es producto de su imaginación, porque ella existe en otro plano. ¿Julia? Claro, la del cuento ¿no? ¿Julieta? ¿cuál? Ah, la que alzaba la mano viendo a la pared de sus memorias. Pidiendo intervenciones que jamás se le iban a permitir.

Ay, tan bonita y tan triste.