Hoy, sin querer recordé un dolor, lo recordé en la planta de los pies.
Recordé que él ya no estaba, ella tampoco. Pero el que más me importaba era él. Se fue, no dijo nada, sólo se marchó. El recuerdo de su ida está en mis pies y un poco en la fuerza de mis piernas, quizás es un reclamo por no correr detrás suyo, pero ¿Cómo hacerlo?....
La razón de su huida....quién sabe. Me gusta pensar que fue por que perdió la memoria y se estaba buscando a si mismo en los espejos de las otras casas,también me gusta pensar que se fue a un lugar muy lejano para pensar en mi todos los días, para que pudiera darse la oportunidad de extrañarme.
Es curioso, el recuerdo me duele en los pies, solamente en los pies. Quizá debería dejar de usar sus zapatos como pantunflas.
Pero todo sigue, èl no està y su distancia lo hace más presente, más que nunca, entre más se aleja, más cercano está. La muerte hace lo mismo, entre más se aleja de uno, más se acerca para el otro. Mientras escribo esto, él está.
Debo admitir que me gustaba herirlo de vez en cuando, sólo para que me recordará antes de dormir, para que supiera que yo estaba allí y que sigo aquí.
.... Las cosas siguen, no mejoran, sólo prosiguen de manera distinta supongo que esa diferencia las hacen únicas y por lo tanto en este momento puedo disfrutar del dolor que tengo en los pies, mi tristeza es excitante, mi nostalgia es corporal.
Y si lees esto a través del espejo por el cual te ves o en aquel lugar lejando donde me extrañas sólo quiero decirte que ahora eres un simple dolor de patas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario