viernes, 14 de junio de 2013

Suéter gris

Ella la abrazó y le dijo "Todo va a estar bien" Y el mal de ojo comenzó.... Ella te dio todo el amor para después convertirlo en odio, pensaste que jamás podrías recuperarte de aquella traición (si es que puede llamarse así a tal acto de separación afectivo). En fin, la invitaste a comer, le contaste todos los secretos del mundo (aunque a el también lo traicionaron), la llevaste a caminar por las calles que nadie había pisado, le diste tú presencia y cuando te ausentabas, seguías ahí con ella. Se apropió de ti. Te desayunaba, comía y cenaba, a veces incluso, te vomitaba. Tú ibas por el mundo sin ver nada, todo lo que veías eran visiones suyas, se te olvidó el significado de las palabras "planes", "yo", "nosotros" y "compartir". Tu diccionario se redujo considerablemente. Bajaste de peso y la única de manera de amarla era amándote a ti mismo. Te abrazó una noche y te dijo que todo iba a estar bien, en efecto, todo estuvo bien. Tomó de tu mano, te dijo que había conocido a alguien más, a alguien menos poderoso, a alguien con menos planes, a alguien que no tenía un diccionario. Entonces, así de fácil te dio un beso en la frente, te dio las gracias... "Gracias". Salió y la viste salir, iba arrastrando un suéter gris que tenía mi nombre escrito en la etiqueta. Salió. "Todo va a estar bien" El mal de ojo no quedó ahí. Se largó borracha y tambaleante, la escuchaste bajar las escaleras y azotar la puerta del auto (el que tú le regalaste, por cierto). Un minuto, dos minutos, no podía arrancar el auto. Te dormiste porque en realidad ni llorar podías, ella se llevó el vaso de agua también. "Todo va a estar bien" Jamás habías dormido para siempre.

2 comentarios:

  1. Increíblemente bien resumido. La necesidad no cumplida del amor (que no es bueno ni malo) a veces nos hace hacer tantas cosas, que en nuestro sano juicio tal vez no haríamos. y es porque desde que nos despertamos el amor esta en todos lados: En los libros, en el televisor, en la música, es incluso mas poderoso que Dios (¿¿??) porque incluso lo respiramos, lo probamos y nos hacemos adictos a él.

    El amor se ha infiltrado hasta nuestra médula y logra llegar a nuestro cerebro, entonces ¿Cómo debemos tratarlo?...

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  2. No había visto tu comentario, qué gusto que lo hayas leído. El amor somos nosotros, el problema surge a la hora de quererlo compartir.

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